DesmuñecArte

DesmuñecArte o el arte de dejar de ser muñeca (1º paso):
El primer paso es darse cuenta de que uno tiene hilos invisibles que lo sujetan a lo que cree que es. Un compendio de muchas cosas originales y de muchas otras adquiridas en el transcurso de su propio devenir.
Víctima de mí mismo, reconozco que he bailado al son que marcaban otros. Convencido plenamente de que era yo mismo.
Me he pintado y arreglado mis cejas para que me veáis más hermoso de lo que soy. Para parecer un número uno.
Intento mostrar mis hilos porque el primer paso es darse cuenta de que uno tiene hilos invisibles.

DesmuñecArte o el arte de dejar de ser muñeca (2º paso):
El segundo paso es ir cortando con cuidado los hilos invisibles que te sujetan a lo que crees que eres.
Empoderándome he cogido unas tijeras y he comenzado la labor.
Poco a poco, mis cejas se van desarreglando, mis pelos alborotando y mis pinturas derritiendo. Ya no parezco tan hermosa, es cierto, pero me voy acercando a mí mismo. Quizá no sea un número uno, pero a quién le importa.
Cada vez me quedan menos hilos invisibles. Cada vez voy siendo más y aparentando menos.

DesmuñecArte o el arte de dejar de ser muñeca (3º paso):
El tercer paso es el más difícil de todos. Ya, sin hilos que me aten, no sé quién soy. Estaba tan adaptado a comportarme como una muñeca creyendo ser yo mismo que ahora me encuentro desnudo. Ante el dilema de tener que elegir.
Siempre tendré a la muñeca en la manga.
Sé que es un camino duro, pero la recompensa soy yo mismo.

La vida es corta. La vida pega.